12 nov 2007

Video Comentado

Para todos a quellos que les gustaria conocer mas de la vida de Sabines y su poemas les tenemosuna coordial invitacion este 14 de Noviembre a las 6 de la Tarde en el auditorioa 2 en:

La ESIME Zacatenco
Adolfo Lopéz Mateo"(edificios 1,2,3,4 y5)
Col. Lindavista Del. Guatavo A. Madero
C.P. 07738 Mexico D.F.Tel: 5729-6000

1 nov 2007

Calaveritas

Las “calaveritas” constituyen, desde hace mucho tiempo, parte del folklore. Las “calaveritas” son versos populares breves, por lo general satíricos y burlones, mediante los que se ironiza sobre algún individuo o personaje al cual van dirigidos. Están escritos a modo de epitafios y es muy común tratar al aludido como muerto, vinculándolo a expresiones cómicas de su actividad, profesión, cargo o atributo, con absoluto desenfado por su poder o posición social.

Antiguamente sin embargo, fue tradicional hacerlos conocer a través de hojas sueltas. Entre las más famosas de esas hojas volantes estuvieron, entre fines del siglo XIX y comienzos del XX, las elaboradas en la imprenta de Vanegas Arroyo ilustradas por el grabador José Guadalupe Posada.


Esos grabados de José Guadalupe Posada con personajes descarnados, exhibiendo cada uno su osamenta pero vestidos con prendas y atavíos que identificaban claramente su idiosincrasia, ilustrando versos que ironizaban a los vivos como muertos en potencia, le permitían al pueblo que era destinatario y transmisor del mensaje, sublimar sufrimientos de la vida cotidiana y expresar su rebeldía a través de uno de los escasos medios disponibles en esa época de terror político.


¿Quién me compra calaveras?
son de la nueva invención;
hay de bonitas y fieras
que han muerto ya de torzón;
son elegantes y finas,
a tlaco doy el montón
de las que usan crinolinas
y otras que doy de pilón.


¡Ay, triste calaverón!
ya no volará tu fama
porque te van a enterrar
el lunes por la mañana.

La personificación de la naturaleza por parte de la gente de campo.


Por Alejandro Arzate Galván.


Actualmente, cualquier persona que resida en una ciudad más o menos poblada y que ésta cuente con todos los servicios (llámese agua, luz, drenaje, teléfono, etcétera) no podrá aceptar la afirmación que hace la gente de campo sobre la personificación hacia los elementos climáticos y naturales (lluvia, calor, viento, animales, entre muchos otros).
En el cuento “Viento”, de Heraclio Zepeda, la personificación de los elementos naturales se encuentra presente en todo momento. Ejemplos claros son: cuando Matías (personaje principal del texto) se pasa llamando al viento del sur para que se “lleve” la lluvia que está cayendo en la región donde vive. Otro caso es cuando el mismo Matías, al cazar la serpiente nauyaca y entrar con ella en el pueblo colgada al cuello, le da el carácter de “hermana” o de “hijita”.
¿A qué podemos deber este tipo de cuestiones? ¿Cuál será el factor que predomine entre los pobladores de provincia para caracterizar de esta forma a la naturaleza y sus componentes?
Tratando de contestar estas incógnitas, y sin dejar de lado el cuento “Viento”, bastaría observar muy detenidamente la fuerza que la misma naturaleza imprime cuando ésta se hace presente en cualquier región. Sabemos de manera perfecta que un fenómeno meteorológico no cuenta con vida “propia”, se desarrollan gracias a los factores que se conjugan (presión atmosférica, temperatura ambiente, etcétera). Pero, para un campesino que desconoce de estas cuestiones científicas, el impacto causado por un fenómeno de este tipo lo lleva a crear sus propias explicaciones. Así lo dice Matías, al responder como se forma el viento del Sur: “Calláte, vos burro (…) Ese que sopla es el Sur; ¡cómo no voy a saber! Es el Sur que nace en la boca del culebra madre (…) Ese que toma viento desde tierra caliente, desde Cinco Cerros, desde Tónala, desde el mar…”
Obviamente, para un individuo que ha nacido en la ciudad, esta explicación no es lo más coherente o creíble, pero para un hombre de campo ésta es la verdad. Incluso, puede llegar a afirmar que es la única verdad existente.
Resumiendo, la personificación de los elementos naturales por parte de los hombres y mujeres que viven en el campo, se debe muy generalmente al impacto que éstos les causan en sus vidas, cosa que en la ciudad no tomamos en cuenta. No quiere decir que sea incorrecto o malo, por el contrario, este tipo de conexión existente entre los hombres de campo y la naturaleza que los rodea, ayuda a mantener respeto hacia la misma y guardar el equilibrio, un equilibrio que la ciudad ya ha perdido con ella, la Madre Naturaleza.

El Corazón Delatador


Recomendacion del mes...


Y como recomendación para todos los lectores en este mes tenemos al “Corazón Delatador” una de los grandes cuentos de Edgar Alan Poe, para lo cual traemos el escrito que pueden bajar de nuestra revista.Esta obra narra la locura del protagonista y las infinitas ansias que siente por un asesinato que aun nadie a descubierto, pero del que el se piensa ya descubierto. Acompáñanos en la lectura de su obra.


Edgar Allan Poe



Edgar Allan Poe (19 de enero de 1809 - 7 de octubre de 1849), escritor romántico estadounidense, cuentista, poeta, crítico y editor, unánimemente reconocido como uno de los maestros universales del relato corto. Es considerado el padre del cuento de terror psicológico y del short story (relato corto) en su país. Fue precursor asimismo del relato detectivesco y de la literatura de ciencia ficción, y renovador de la llamada novela gótica. Ejerció gran influencia en la literatura simbolista francesa, pero su importancia alcanza mucho más lejos: son deudores suyos toda la literatura de fantasmas victoriana, y, en mayor o menor medida, autores como Kafka, Lovecraft, Borges, etc.
Su obra poética magistral El cuervo, es traducida por primera vez al español en el año 1887, por el poeta venezolano Juan Antonio Pérez Bonalde.


En una de sus cartas, dejó escrito: Mi vida ha sido capricho, impulso, pasión, anhelo de la soledad, mofa de las cosas de este mundo; es un honesto deseo de futuro.

Lo que queda de ti

De tu ausencia y tú presencia
ya no me queda nada.

Del dolor y desamor
no queda ni tu olor.

De tus besos, tus caricias
ya no quedan las marcas.

De tus frases, tus ideas y palabras,
solo queda el olvido.

De tu aspecto y apariencia
solo queda una memoria.

De tu carne, de tus huesos,
y de todo tu cuerpo,
solo quedan las cenizas.

De tus juicios y valores
solo queda el recuerdo.

De tu propia vida y existencia
solo queda la muerte.

De tu alma y de tu esencia
solo queda el entierro.

De ese ser que fuiste alguna vez,
ya no queda nada, simplemente...nada.


Alondra Meller

Yo...Tú...


Te veo a la distancia,
intento llamarte
con la voz ahogada
de mis ojos.

Yo...
aquí estoy,
en la arena del mar,
en los sueños forjados
por la memoria.

Tú...
eres luz lejana
en el horizonte,
donde se une la realidad
...con el anhelo.

ERNESTO JASAB.

Lacuyen

La luz se ha escondido
en la turbia noche
y he aparecido
sin un leve escote.

No me pertenece
ni el mar, ni el cielo,
quien no desconoce
lo que guarda dentro.

Un leve cariño
abraza mi nombre
y esto corresponde
a tu fíel consuelo.

Ciertos diablos pintan
el cuerpo que quieren;
y se mortifican
sin saber que tienen.

Sabios y curiosos
siempre me analizan
fénomeno que explica
lo que ya conocen.

Un cofre abierto
guarda tantas pistas,
como el mismo libro
que ya nadie lee.

Desde tu observatorio
y bajo la lupa
viaja este cosmos
de la luna antigua.

Helena Morín

La conclusión del poeta.


A Günter Grass.

He llegado a una conclusión que considero importante para alguien que escribe respecto a lo observado a su alrededor. Al poeta no se le puede juzgar por lo que ha redactado, pues sus palabras dan fe y testimonio de lo acontecido en sus días. Hay veces que los lectores de sus obras, no dan importancia a un verso o idea; en otras ocasiones, una estrofa enunciada puede cambiar la forma de observar al ser que la pronunció. ¿Y por esto merece la censura, aún cuando ha sido honesto para quienes le siguen en sus letras? Un poeta, sobre todo, está obligado a hablar con plena verdad en el verso escrito, pues dada su labor, el ocultar un sentimiento o volverlo apócrifo en un poema, le volvería incongruente a la vista de quienes lo rodean. Es por eso, que dentro de los literatos, el poeta se distingue al hablar sólo con la verdad, aún cuando esté obligado a proclamar que la política o el amor (sólo para él) es algo inservible.


Ernesto Jasab.

26 feb 2007

Y TÚ ¿QUE LEES?



Como agua para chocolate
Laura Esquivel - Como agua para chocolate.pdf
Reseña




Todos o la gran mayoría recordamos la novela hecha película del cine Mexicano, “Como Agua para Chocolate” de la escritora Laura Esquivel (México, 1950), y este mes de Febrero no es grato recomendar tan exquisito libro. Evocándonos a un historia donde las costumbres de un México antiguo o quizá un México que aun vivimos, someten a la mujer, por su sexo, por su posición en la familia y por sus creencias.
En esta novela nos narra como Tita se enamora de Pedro, y como Mama Elena Impide cualquier relación entre ellos debido a que por se la mas pequeña de las hijas debe consagrar su vida al cuidado de su madre.

Nuestra recomendación en especial es para eso dos capítulos que marcan parte crucial de esta historia “Pastel para Chabela” y “Codornices en pétalos de rosa” que es relatada con los meses del año y con ellos una receta nueva e con especial cariño para Pedro la persona amada. Y como dicen el corazón de los hombres, por el estomago se conquista.
El País de las sombras largas
Hans Ruesh
Este libro quizá no muchos lo hayan escuchado, o al menos a si me sucedió pero al leer el primero, no pude evitar leer la segundo parte “El Regreso al País de las sombras largas” el cual quienes quisieran conseguir le recomiendo visiten donceles ya que este libro es difícil de encontrar en cualquier librería común.

El país de las sombras largas narra las costumbres de una pequeña familia de esquimales que viven en un ambiente riguroso y hostil o al menos eso nos parecería a nosotros si tuviéramos que enfrentarlos al frió de los hielos polares, nutriéndose de la caza y la pesca. Pero la sorprendente unión de estas familias nos despertar la curiosidad por llegar al final de su paginas


POESIA HECHA IMAGENES


Las palabras, bien es cierto, son nuestro medio de comunicación al mundo, ya sea escritas o pronunciadas. Y al momento de agruparlas, es cuando expresamos ideas al mundo que nos rodea. ¿Qué sucede al volver las palabras poesía? Fluyen los sentimientos. Pero ¿será posible extraer poesía de las imágenes? Para averiguarlo, nuestra compañera de NEREIDAS, Elena Morín, nos trae POESÍA EN IMÁGENES. Sea éste el momento para que las imágenes hablen.

16 feb 2007

TIEMPO UNIFORME

Siendo una sombra vivo
En este inútil descenso
Espero estar contigo
Hay dios ¿Por qué me lamento?

Estoy despierta
Velando como un espectro,
Dormida estoy fabricando
La vida que aun no tengo.

Sorda y necia camino
Sin someterme aquel
Que se cree dueño.

Y aferrada a estar activa
Escribo…las líneas
En asenso me libero.

Petulantes las visitas
Han creído en su belleza
Y se miran en espejos
Juzgando lo que refleja.

Un bufón espía
Desde su circo interno
No acierta a dar risa
Insensatos son sus cuentos.

Estoy convertida en nada
Y del nada es que empiezo
Dibujando mi fortuna
En este inmenso universo.

¿Caminas sin haber amado?
Entonces, ya estas muerto.

INVITACION A LA CULTURA...

"Sor Juana a la luz de los tiempos" se presenta en la Casa del Museo León Trotsky y acoge 31 obras inéditas de 31 artistas: escultura, pintura, grabado, arte-objeto, serigrafía y algunas técnicas mixtas, que expresan la vigencia y a temporalidad de la vida y obra de la Primera Feminista de América.

De este modo, se da cabida a expresiones de carácter contemporáneo, que van desde el feminismo y la poética hasta una visión subcultural. Así, las obras buscan transmitir propuestas multifacéticas en las que se pueda incluir, desde una intelectual hasta una posible Sor Juana Dark.

Sor Juana a la luz de los tiempos

Casa del Museo León Trotsky

Río Churubusco #410,

Col. Del Carmen Coyoacán

Tel. 5658-8732

Entrada libre Hasta el 22 de febrero




31 ene 2007

INSTINTO... TERCERA Y ULTIMA PARTE




Recuerdo bien el día en que Rita cometió el peor de sus errores, pues le costó la vida: rompió la principal regla del hogar. Fue el día del cumpleaños de mamá Lupita, todos festejábamos alegremente en la sala de la casa, cuando repentinamente escuchamos tremendo escándalo afuera. Percibíamos que algo estaba atacando a los pájaros, pero ¿qué o quien podría ser? Salimos corriendo con el abuelo y mamá Lupita al frente. En el patio nos encontramos con la grave sorpresa de que Rita logro abrir la jaula más grande y de ella saco a Pollito; la gata había matado al loro, aún no se lo comía pero lo tenía en el hocico, era sin lugar a dudas culpable de aquel homicidio. No pude ser buena abogada para defenderla. La abuela, al ver muerto a su loro preferido, se desmayó; el abuelo siempre llevaba consigo una pistola para defensa y en su arranque de furia le disparo a Rita. Una sola bala bastó para que un zumbido de menos de 20 segundos le quitara la vida. No había más que ver ahí afuera. A mamá Lupita la llevaron al medico porque no reaccionaba. Me quedé con Rita, aun respiraba; no sé cuanto lloré, pero puedo decir que no fue suficiente para revivirla. Necesitaba más que mi llanto: un milagro; la cargué y llevé a un rincón del patio donde solía descansar con ella; lograba sentir su cálida sangre en mis manos.
Mamá Lupita padecía del corazón desde tiempo atrás, un secreto que el abuelo supo ocultar; fue un infarto lo que le pasó aquel día, pero se salvó de milagro, justamente el necesitado por Rita. Pasó el tiempo, el suceso del loro muerto ayudó a empeorar su salud; ya no pudo salir a darle de comer a sus pájaros, por lo cual me encomendaron atenderlos, encontrando la oportunidad esperada para vengar la muerte de mi única amiga.



III
Por las mañanas daba a todos su alimento. Primero fue el ruiseñor, ¡qué lástima!, fue atacado probablemente por un gato. Las alas desgarradas y marcas de colmillos en su cuerpo daban testimonio de una lucha tenaz con su atacante. Sucesivamente fueron muriendo cada una de las aves, y a la par, la abuela, quien iba dejando atrás la esperanza de vivir; hasta que un buen día, del hospital ya no regresó. Nadie daba explicación lógica de su muerte y mucho menos a la de sus pájaros. Decían: “cada uno era parte de su vida”.
Me hice experta en cazarlos sin tener que armar una bulla; sólo los tomaba por la cabeza con cuidado y doblaba sus frágiles huesos. Siempre vigilaba que no se percataran del triste final de los pájaros de mamá Lupita.
El último, recuerdo, fue un canario; su mirada penetrante buscaba un lugar donde esconder su pequeño cuerpo. No había salida; intentó atacar, pero mis manos fueron más rápidas y silenciosas. Pensé: “nadie alrededor”; lo recogí y lo llevé hasta mi boca, clavé los colmillos. En definitiva, la sensación de su breve cuerpo era desagradable. Había algo extraño, no era hambre lo que me incitaba a masticar; pero al final, hallé una satisfacción fuera de lo común, jamás experimenté algo igual.
Aunque ya no existían pájaros, las jaulas siguieron colgadas en las paredes; era sólo el recuerdo de lo que algún día hubo en esa casa.
No sé qué sucedió conmigo, pero mis ansias de matar aves creció con el tiempo; supongo fue un instinto lo que me empujó a seguir haciéndolo.

IV
He acabado con mi desayuno y me hago una pregunta: “¿Por qué, maldita sea, estoy aquí, encerrada como uno de los tantos pájaros de mamá Lupita?”. Me levanto de la cama y voy al baño, tal vez una ducha me hará sentir mejor. El agua tibia corre por mi cuerpo, desde mojar mi cabello hasta envolver mis piernas. Sentir un liquido cálido en mis manos me recuerda la sangre de Rita, sensación que me transforma. Me desespero, se apodera de mí ese instinto, cayendo en un ansia incontrolable, a causa de una sed de venganza que siento inconclusa.
Me pregunto de nuevo. “¿Cómo llegué aquí?” Y busco, entre mis recuerdos, las imágenes de lo que hace siete años sucedió. En alguna fecha de este oscuro pasado, se me ocurrió buscar el arma del Abuelo, aquella que le robara la vida a Rita. Fue fácil encontrar una pistola en su cuarto, el instinto me llevo a ella, y ¿qué podría esconder un anciano como él?, ya ni siquiera le quedaban fuerzas para vivir, su único motor era mamá Lupita, sin ella era sólo un viejo sin esperanzas.
Ahora, sentir el hierro frió y pesado de un arma en mis manos, me daba la idea de lo superior que soy. Ya no tenia que matarlos con las manos, en adelante sólo bastaría con disparar. Fueron dos años, en los cuales, bastaba una bala para acabar con la vida de un asqueroso pájaro. Una bala, como la que le había arrebatado la vida a mi Rita. ¿Por qué culparla de ser un hermoso felino y deseara cazar un estúpido loro?; ¡ese era su instinto: matarlos, masticarlos y por último, si lo deseaba, tragárselos!. Maldito el día y aquel que la mató, porque no supo que la venganza sería por mi mano. Agradezco a las circunstancias por haberme dado la placentera oportunidad de ver morir cada asqueroso pájaro de mamá Lupita y, a su vez, la muerte de esta.

V
Pero eso no bastó, no fue suficiente cazar aves en el patio, o en el parque. Seguía sintiendo rabia, quería vengarme del único culpable de la muerte de Rita.
Un día, después de ir de cacería, regrese a casa con más ansias que de costumbre. Me rodeaba el aroma de la muerte. La búsqueda de venganza fue mayor ese día; eran las siete de la mañana y nadie más que yo estaba despierta. Me dirigí por inercia al último cuarto de la casa, el del abuelo; podía escuchar a través de la puerta su respiración tranquila, librada. Abrí la puerta sigilosamente y encontré frente a mi, su cuerpo tendido sobre la cama; no daba más indicio de que estaba durmiendo muy placenteramente. Me acerqué a su cama, acechando a mi presa; vi su rostro apacible, como el de un muerto; ni siquiera imaginaba lo que iba a pasarle. Acerqué mis manos a su cuello, ligeras, casi imperceptibles, y finalmente presioné. Despertó, sus ojos no daban crédito a quién observaban; cambié de posición las manos tan rápido y con fuerza giré su cuello. Sólo se escucho el crujir de su nuca; no hubo gritos, sangre o plumas, era mi primer victima que no tenia alas; no podía volar para escapar de mi odio. Lo demás que sucedió, ahora sólo son fotografías borrosas: el juicio, los abogados y por fin aceptar el veredicto. Diagnosticaron locura, que estoy enferma y necesito ayuda profesional.
¿Cuánto tiempo he pasado en la ducha? No lo sé, pero ahora me siento renovada. Lamo mis manos y acicalo mi cabello; miro el reloj: “las doce”, me visto y en seguida veo entrar por la puerta a la siguiente ave que cazaré. ¡No tiene plumas, mucho menos alas! Será más fácil de acechar, y bien sé que de esta jaula no saldrá.
-Buenos días, doctor Briseño.
YARA KAZAN.

Por que yo también soy semejante a ti

Por que comparto tus mismos temores.
Por que yo al igual que tu me siento sola.
Por que yo también a veces guardo rencor.
Por que yo también me busco internamente.
Por que tengo tu misma forma de expresión.
Por que yo también se soñar.
Por que yo también tengo ilusiones.
Por que yo también soy un ser humano.
Por que yo también busco independencia.
Por que yo también quiero libertad.
Por que yo también tengo ganas de amar.
Por que yo también busco comprensión.
Por que yo también quiero llorar
Por que yo también fui lastimada.
Por que yo también se sonreír.
Por que yo también habito en otro mundo.
Por que yo también quisiera morir.
Por que yo también se percibir.
Por que yo también quisiera huir.
Por que yo también necesito aquello de lo que buscas,
O que ambos buscamos.
Pero después de todo...quizás:

Por que yo también soy semejante a ti

Alondra Meller

Destacada Poeta Mexicana

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ESTAMOS POR INICIAR UN NUEVO MES, Y CON ÉL NUESTRO NUEVO NUMERO DE NEREIDAS.


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