31 ago 2006

Sumario



  • ¿Que es Nereidas?
  • Manifiesto por la armonia nacional
  • Un escrito para Borges
  • Amedia Noche
  • Muejer Blanca
  • Dos minutos
  • El derecho de amarte
  • Dios
  • Instinto (cuento)

Que es Nereidas


Nereidas vuela de un lugar a otro sin que la pesadumbre, el tiempo o la miseria la detenga. Es sus alas lleva la escritura del que se rebela a callar. Del que escribe en sueños. Del que se atreve a levantar el vuelo.

Todos lo que aquí escribimos, lo hacemos con el cariño de complacer al lector. De cambiar su rutina, y aportar un poco mas a un espacio tan olvidado.
“La cultura Mexicana”
Nereidas es:
Una mini revista que se trasmite de forma virtual, con información sobre el mundo de la literatura. Y que va creciendo con las aportaciones que los lectores nos envían. Cada escrito que aquí se publica, contiene una fuerte carga emocional de un sin numero de lectores. La cual es transmitida desde la comodidad de la Web.

Entre todas las cosas que se encuentran por ahí… deambulando, en un inmenso espacio, que se mueve entre filosofías y tratados, que predican el libre comercio o el comercio eterno, que es bombardeado día a día con millones de imágenes con un sin numero de tecnologías, software que descargan produciendo la piratería, pero que revindican al estudiante.
Impregnada de toques de espera. De pasos meditados, de sueños en la almohada, ha empezado el levitar en una época vertiginosa con tintes de locura y de un vino que a un podemos saborear.
Encontrar un solo enfoque es demasiado intolerable, es un encarcelamiento para el escritor y la cultura; por lo cual dejamos las hojas sueltas y la pluma a tu disposición, para que escribas lo que estés resuelto a leer…

Manifiesto por la armonía nacional.

Editorial

“Entre los individuos como entre las naciones,
el respeto al derecho ajeno es la paz.”
Licenciado Benito Juárez García.
Amables lectores:

Siento mucho, en este momento, desilusionarlos con el articulo que incluyo para este numero, pero debido a la turbulencia envolvente de estos días, derivada de las pugnas de poder y la falta de credibilidad en las instituciones que nos rigen, el grupo que integra la revista virtual Nereidas y más en especial su servidor, pedimos de manera unánime a las autoridades y al pueblo mexicano, la resolución del conflicto electoral surgido a raíz de la votación presidencial del pasado 2 de Julio de 2006, a través del verdadero dialogo político.

No deseo, de manera particular, se nos coloque en un punto u otro de los bandos que desgraciadamente han surgido en los últimos días. Nuestro llamado es para reestablecer la confianza entre nosotros mismo y así llegar a un acuerdo legitimo entre partes. Es inadmisible contemplar a un país destacado en la esfera internacional por su participación ciudadana y la solidaridad que demuestra cuando se halla en desgracia.

Desde la perspectiva que dominamos, podemos notar el descontento que embarga a la población y la desesperanza de un posible fraude fraguado por las altas esferas de poder gobernantes de la nación, pero también alcanzamos a observar la esperanza de muchos mexicanos concientes del papel que jugaron el día 2 de Julio y que seguirán desempeñando a partir de esa fecha, pues conocen que está en sus manos el poder dirigir el destino de una nación que se caracteriza por la riqueza de historia que ha forjado.

En este momento crucial, en este instante que nos sumerge hacia un futuro que aun parece incierto, debemos tomar muy en cuenta la actitud tomada de las instituciones y hacer un examen profundo de lo que se esta haciendo mal, para así lograr obtener un consenso mutuo que permita el retorno de la armonía social y sirva de base para el nacimiento de nuevos acuerdos en pro del bienestar nacional.

¡Basta de mantener como rehén al país por uno y otro grupo!, ¡Basta de pensar en el beneficio particular!, ¡Basta de guardar silencio por parte de los ciudadanos que se dejan llevar por la masa! ¡Este es el momento nacional que tanto se ha esperado para hacer llegar el verdadero cambio que hemos aguardado desde que nacimos como nación independiente! A uno y otro grupo que ha divido el país, -proletarios y burgueses, ricos y pobres, liberales y conservadores- les llamamos a la conjunción de un espacio común y hallar en el, por medio del verdadero dialogo, la gobernabilidad que el país necesita y no caer en los errores que en vida – y desgraciadamente – hoy nos otorga Medio Oriente en la cruenta guerra desatada entre semejantes; que ese espejo no se refleje en nosotros.

Voto por voto y respeto total a la ley.


Un escrito para Borges

Para todos los lectores de Nereidas, les envío un afectuoso saludo y deseo en verdad que estos días tan difíciles (con platones, temblores y lluvias) los logremos sobrevivir.
Hallé entre mis curiosidades, un ejemplar de la revista “Día Siete”, dónde se incluye un ensayo en la sección “hasta atrás”, sobre la coincidencia del Maestro Jorge Luis Borges y nuestro bien ponderado Presidente Vicente Fox Quezada. Hemos de recordar un capitulo de nuestra vida nacional (sin decir mas bien de los traspiés lingüísticos de nuestro mandatario), que para desgracias de las letras universales, sin deberla ni temerla, se le cambio el nombre a este gran personaje por “José Luis Borgues”. Para muchos, este hecho fue inadmisible para un hombre que se encarga de la administración de un país como lo es México.
Pero la historia ya ha exculpado a nuestro Jefe de Estado, pues el mismo Borges ya había predicho en un acto similar, que su nombre no debía ser así. Para comprobación del lector, dejo el articulo a consideración y nos vemos en el próximo número.
“José Luis Borgues y Vicente Víctor Fox.”
Por Luis Miguel Aguilar.*
Regreso a uno de los mayores dislates foxisticos, haber llamado José Luis Borgues a Jorge Luis Borges, para decir que fue en realidad y por razones inescrutables una manera de satisfacer al mismo Borges. En “Siete conversaciones con Jorge Luis Borges” de Fernando Torrentino (1996) dice Borgues: “Una vez me encontré con un boxeador, creo que se llamaba Selpa. Me reveló su existencia y me abrazo. Yo me sentía ligeramente incómodo, pero al mismo tiempo agradecido, ¿no? Selpa, en vez de llamarme Jorge Luis Borges, me llamó José Luis Borges, y yo me di cuenta que no era una equivocación sino una corrección. Porque Jorge Luis Borges es muy duro; en cambio, José Luis Borges suena mucho más atenuado. ¿por qué repetir un sonido tan feo como orge? Creo que no urge repetir el orge, ¿no? Creo que, a la larga, yo voy a figurar en la historia de la literatura como José Luis Borges”. O como Jorge Luis Borgues, que de igual manera evita el doble orge.
No fue la primera vez en que Borges se refirió al asunto. Inspirado quizá en el hecho de que la edición 1952 del diccionario Larousse lo llamó efectivamente José Luis, lo hizo “jefe” de la escuela ultraísta y señalo de modo erróneo que había nacido en 1900, Borges dictó una autoficha biográfica (que no ficha autobiográfica) para el portal de la primera edición de sus obras completas en 1974. la atribuyo a una “Enciclopedia Sudamericana (editorial emecé) “ publicada en un futuro Santiago de Chile en el 2074. en la entrada puso: “Borges, José Francisco Isidoro Luis”. Luego puso bien el año de su nacimiento, 1899, y dio como ignorada la fecha de su muerte “ya que lo periódicos, género literario de la época, desaparecieron durante los magnos conflictos que los historiadores ahora compendian”.
A Borges le encantaba este juego de la burla-vera. En vera creó a Pierre Menard, autor del El Quijote; en burla creó junto con Adolfo Bioy Casares a César Paladión, amo del plagio y hospitalario espíritu de obras de otros, autor por ejemplo del Egmont de Goethe y de La cabaña del Tío Tom de H. B. Stowe. Paladión aparece en la primera de las Crónicas de H. Bustos Domec, libro que tiene dos epígrafes. El primero de Goldsmith: “Todo absurdo tiene un campeón”. El segundo es de Father Keegan, un personaje de Bernard Shaw: “todo sueño es una profecía; toda burla se vuelve una vera en el útero del tiempo”. Pienso que el modo risueño en que Borges la habría agradecido el cambio de nombre a Vicente Fox diría en una Enciclopedia Mexicana del 2074, en un campeonato del absurdo y con útero del tiempo confundido por la desaparición de los periódicos durante “magnos conflictos”, la entrada respectiva seria: ”Vicente Víctor Fox. No se sabe si regente o gerente de Mexicola. Guionista de una historieta y una radionovela llamadas Kaliman. El hombre increíble”.
* Luis Miguel Aguilar. Chetumal, Quintana Roo, 1956. Poeta, narrador, ensayista y traductor. Autor de Todo lo que sé, entre otros libros.

A media noche




Somos almas pasajeras
que viene y van solo una vez...
para que remitirse a mojigaterías
si ya has entregado lo mas puro
el alma...
A media noche
Cuando todos duermen
Y yo sigo en el trajín
Las voces que bajo la almohada
se esconden prosiguen.

Meditan entre ellas
Y empiezan a decir:
¡A noche debiste hacerlo!
¡A noche pudiste hacerlo!

Pero mamá decía
“que en sus tiempos”
Va...en sus tiempos y en los míos
El mundo es lo mismo.

Amamos lo que nos hace daño
Morimos para sentirnos vivos.
Tú me llamas por las noches
para dormir entre mis brazos.

Yo te busco en los días
Que olvido tu nombre
Que confundo tu sonrisa.

Extravíe mis pasos bajo un juramento
y ahora comienzo un camino nuevo
En una medalla envuelta en almendros
Uní el dolor, a amores nuevos.
Estoy caminado en brazos etéreos
Quien no ha conocido el mar desde adentro.


Murmuramos todos: “No debes hacerlo”
Pero gritar puedes ¡vive! aún no has muerto.

Helena Morin

Mujer Blanca



Mujer blanca
que finges ayudar
salvando a los hombres
de su soledad.

Los invitas a volar
a conquistar el paraíso
pero los confundes en su infierno

Los atrapas con tu olor
con tu figura sin igual
les ofreces la gloria
con palabras oscuras.

Vas por el mundo
pisando y atrapando
pudriendo todo a tu alrededor
sin que nadie te detenga.

Los vas hechizado
y aunque cambies tus formas
eres la misma basura.

Mujer blanca que te gusta bailar
por los callejones paseas
en la boca de todos estas
y la violencia provocas.

Maldigo la hora en que naciste.

Mujer blanca
que todos quieren
todos tienen
por quien todos mueren.

Micaela Sarmiento
Dos minutos

Ha que tiempo tan mas relativo.
Una hora que esperar.
Dos minutos.
Para el si.
Dos minutos para charlar.

Solo necesite dos minutos para amarte

El derecho de amarte

Tengo el derecho de amarte
Por que mi corazón no es tuyo
Ni de nadie
Tengo el derecho de amarte
Por que mis sentimientos no están encarcelados
Y fluyen insaciables dentro de mi interior
Tengo el derecho de amarte
Por que tú no eres dueño de mí
Y yo tampoco soy dueña de ti
Tengo el derecho de amarte
Por que el amor no tiene limites
No tiene carne, no tiene celos
Tengo el derecho de amarte
Por que no tengo tus pensamientos
Y sin embargo tu si tienes los míos
Tengo el derecho de amarte

Alondra Meller



Dios...

Dios no es hombre, ni tampoco es mujer, Dios es la unión de lo femenino y lo masculino.

Dios no es bueno, ni tampoco es malo, solo es justo, es la escenificación de la justicia.

Dios no existe, tal vez para el que no cree, Dios existe tal vez para el que tiene fe.

Dios no ama, ni odia, no premia ni castiga tampoco quita ni da, solo entrega.
De si mismo lo que no puede entregar.

Dios no es simple, pero tampoco complejo, tal vez es la causa de un efecto.

Dios no tiene nombre solo se nombra de si mismo.

Dios no esta en el cielo, ni en el infierno; ni en un reino mas lejano al nuestro.

Dios no cura, ni enferma, no da vida, ni la quita solo sigue un patrón.

Dios no es humano ni tampoco extraterrestre, es esencia de lo que puede creerse.

Cree y no creas en Dios.

Dios no es mentira, pero tampoco es verdad.


Alondra Meller

Instinto

I

Cuento

Despierto; la comezón en el cuerpo es más intensa que en la madrugada; miro el reloj: “las diez de la mañana”, pero que importa la hora; hecho un vistazo a mis piernas; como lo pensé: “de nuevo urticaria “, me levanto tambaleante, el efecto de la droga aun no termina; me siento cansada pero ¿de qué?, hace tiempo que ya no hago ejercicio alguno. Me dirijo al baño, tropiezo. Con gran esfuerzo alcanzo a llegar al espejo, observo mi cara llena de puntos rojos; como siempre, una intoxicación por la cena (ya es costumbre). Alacio con las manos mi descuidado cabello, hace cinco años que no voy a la estética, hace cinco años que no me pongo un bonito vestido o un ajustado pantalón de mezclilla; aquí no tengo mis zapatillas ni mi maquillaje, pero ¿para qué quiero mi bonito vestido y mi cabello arreglado? Ya no visito a la abuela, la abuela que hace siete años murió. Extiendo mi brazo, aun sigue inflamado; hay un moretón donde fue la inyección, esta vez fueron violentos al poner el tranquilizante. No soy agresiva, pero mi arranque de locura fue provocado por la comida. ¿A quién se le ocurre poner pollo en mi comida? Asqueroso pollo, sólo a un estúpido que desconozca las causas de mi internado en esta maldita jaula. Ya he cumplido 5 años aquí; tras la muerte de la abuela, hubo una serie de sucesos de los cuales no quiero tener memoria. Vuelvo a mi incomoda cama, adolorida; la cabeza me da vueltas y de forma vertiginosa tengo la necesidad de vomitar; cada vez la droga que me suministran me hace mas daño que esta enfermedad. ¿Hace cuanto tiempo nació en mí esta búsqueda de venganza? Tal vez fue el impulso de un instinto natural cuando tenía 19 años. Quisiera recordar como empezó todo, pero la maldita comezón que recorre mi cuerpo, desde el cuello hasta las piernas, no me deja pensar, mucho menos este vértigo que siento. Vuelvo a acostarme, acaricio mi cabello con ternura, casi como lo hacia la abuela; siento mis piernas acalambradas y trato de darles alivio, poniéndoles en una posición más cómoda. Comienzo a pensar, más bien a recordar, poco a poco las imágenes genéricas de esta obsesión. La figura principal de los recuerdos es mi gata negra: “Rita”, un pequeño felino. Ágil, consentida, salvaje pero fiel a su dueña; me la obsequiaron cuando cumplí 10 años; la llevó papá porque sabia que amo las panteras. Se crió conmigo y juntas aprendimos muchas cosas de la vida; a correr por el patio de la casa y conocimos también las reglas del hogar: “Jamás tocar las aves de mamá Lupita, la abuela”. Algo interrumpe mis pensamientos; tocan a la puerta, seguramente es la enfermera que trae el desayuno: la patética ración de alimento siempre “recomendada por el nutriólogo”. ¡Qué saben ellos de una dieta para un felino! Se abre la puerta y efectivamente aparece el carrito de la comida y la enfermera de siempre. -¿Cómo amaneciste el día de hoy? ¿alguna incomodidad? -Si, estoy intoxicada de nuevo– le explico y muestro mi cara y brazos. Entonces me revisa minuciosamente todo el cuerpo y con tono médico me dice: -Es normal, la combinación de la cena y el tranquilizante de anoche, provoca a tu organismo este tipo de reacciones, pero no es de cuidado, para medio día ya habrá pasado; por ahora desayuna, date un baño y prepárate para la sesión de las doce con el Doctor Briseño. -Gracias por todo, ya se puede retirar. Sale, y tras de sí cierra la puerta. De nuevo tranquilidad en mi cuarto, me siento en la orilla de la cama para disponerme a desayunar, mastico casi instintivamente la comida, de la misma forma degluto y digiero; me sigue el dolor de cabeza, cada vez es más intenso y creo que nuevamente tendré un episodio de migraña. Comienzo de nuevo a recordar, vienen a mi mente más imágenes, prácticamente fotografías: la casa de la abuela, las paredes que rodeaban el patio llenas de jaulas años, en ellas toda clase de aves; gran variedad existía es esa casa: desde canarios, palomas, ruiseñores, cardenales, periquillos australianos y hasta guacamayas, pero una de ellas destacaba entre todas, el loro más grande y consentido: “Pollito” como lo llamaba mi hermana menor que aún no sabia distinguir cada tipo de pájaro, para ella todos eran pollos. Pues precisamente “Pollito” fue la causa de mi perdición, o tal vez debería agradecerle, porque halle gracias a su muerte la razón de mi vida: “este instinto felino, nato, que llevo en la sangre”
continuara....

Yara Kazan